miércoles, 14 de junio de 2017

"MIREYA y LEOPOLDO",una FANTASIOSA,un PRESUMIDO y una "FAMILIA MUERTA"...inocentes por pecadores.


Las pruebas psicológicas que le practicó la Procuraduría General de Justicia capitalina (PGJ) describen a Mireya como inmadura y fantasiosa.

NOTA RELACIONADA:

Mireya estudió Mercadotecnia en la Universidad Del Valle de México (UVM), tenía 38 años de edad, y era fanática de Madonna y las comedias románticas.

Consta en los expedientes de la Procuraduría de Justicia local que la separación con su esposo y el pleito legal en el que se enfrascó la sacó de sus cabales.


"La problemática personal le ha generado una profunda insatisfacción, así como enganches emocionales de difícil modificación, enfrascándose en una lucha contra el padre de sus hijos de la que quiere salir victoriosa a toda costa.

"(...) La reacción que describe al presenciar la supuesta agresión contra su hijo no tiene lógica, observándose una insatisfacción descontrolada ante los fracasos que no ha podido resolver", se lee en los dictámenes en psicología realizados por especialistas de la Fiscalía de Delitos Sexuales.

De acuerdo con las conclusiones, Mireya actuaba de forma caótica y sentía un hondo resentimiento contra su ex pareja, pero era amorosa con sus hijos, incluso su mortificación por ellos llegaba a ser exagerada.

Por eso, funcionarios que la atendieron externaron que tampoco reunía las características para convertirse en una persona peligrosa para los menores.

Según las investigaciones, estuvo hospitalizada en el Ángeles del Pedregal por intentar quitarse la vida; tuvo que tomar terapias pero las abandonó años antes de la tragedia.

Por esto, la jueza de lo Familiar que llevaba el caso de guardia y custodia determinó entregar los niños al padre.

Detectan que Leopoldo es impulsivo y vanidoso

A Leopoldo, esposo de Mireya, los estudios lo clasifican como una persona inteligente y sumamente preocupada por su imagen física.

De acuerdo con el expediente 1387/11, al hombre, de 40 años de edad, se le hicieron múltiples estudios, basados en sesiones con psicólogos del DIF y de la Procuraduría capitalina (PGJ).

REFORMA cuenta con copias de los exámenes, donde se refieren a Leopoldo como una persona a la que le cuesta trabajo establecer relaciones profundas con los demás.

"Su perfil nos marca que es una persona que tiene la capacidad para analizar conflictos y situaciones en la vida cotidiana. (...) Suele deslindarse de las cosas que están fuera de su control y niega impulsos negativos.

"El borroneo reiterado en las zonas señaladas de los dibujos refiere conflictos de identidad genérica, remarcando una figura que indica impulsividad, agresividad e inmadurez sexual", se lee en los documentos del DIF.

Sin embargo, en los dictámenes que le hizo la Procuraduría se concluyó que en las tres denuncias donde figuraba como probable responsable no cumplía con los rasgos de un agresor sexual.

Leopoldo es abogado y también manejaba importaciones de productos chinos. Un mes antes de la tragedia ganó la custodia de los tres pequeños.

Hasta ahora, la PGJ descarta que haya tenido una relación directa con los suicidios y los homicidios de los menores, ocurridos el 8 de junio pasado.

En su momento, él también presentó una denuncia penal por violencia familiar en contra de Mireya, sin embargo, las autoridades capitalinas resolvieron que no había indicios suficientes.
La investigación de 'El caso Disneylandia'

Parecían una familia feliz, pero estaban al borde de la tragedia.

Era febrero de 2014 cuando Mireya y sus tres hijos se divertían en Disneylandia.

A pesar de que enfrentaban un juicio por la custodia de los menores, la joven y su ex esposo, Leopoldo, decidieron ir juntos al viaje.

Allí ocurriría otro capítulo del drama familiar que terminó, el jueves pasado, con el suicidio de la mujer y el envenenamiento de sus hijos y su abuelo, y que se convertiría para la PGJ en el "Caso Disneylandia".

Consta en el expediente FDS-6/T3/153/14-02 que los padres tuvieron una pelea que se prolongó hasta la madrugada en el cuarto de hotel donde se hospedaban.

Mireya acusó a Leopoldo de abusar sexualmente de una de sus hijas, pero aún así continuaron el paseo.

Al regresar a la Ciudad, la mujer interpuso una denuncia, la segunda en contra de Leopoldo, pues en 2011, un mes después de su separación, presentó la primera.

Desde esa ocasión, según las diligencias e informes a los que REFORMA tuvo acceso, Mireya tuvo un trato especial en la Fiscalía de Delitos Sexuales: no necesitaba cita para entrevistarse con los funcionarios.

Pero ante trabajadores sociales, psicólogos y Bosty -personaje virtual usado por la PGJ-, su hijo varón negó ser agredido por su padre.

Las investigaciones no descartan que Mireya fuera presionada para cometer suicidio, confirmaron en la PGJ.


Bajo investigación está también un hermano de Mireya, a quien iba dirigido uno de los recados, el cual sugería que de sobrevivir a los medicamentos, tomara una pistola y los matara a todos.
fuente.-

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