jueves, 25 de mayo de 2017

EL "HUACHIGENERAL",de CORONEL del EJERCITO a GENERAL BRIGADIER "HUACHICOLERO"...resulta que el remedio agravo la enfermedad.

imagen.-Internet/

Poco a poco surgen otras historias en la zona de “ordeña” de ductos de Pemex entre Puebla y Tlaxcala, que involucran a oficiales de alta graduación del ejército en presuntos actos de corrupción. 

Lo que habría permitido la proliferación de este tipo de ilícitos con la convivencia y en algunos casos complicidad, de militares al mando de tropas. El caso de un coronel que pasó por Tlaxcala de donde salió con grado de general brigadier, denunciado por algunos de sus entonces subordinados, ilustra este momento.

Alberto Reyes Vaca se ganó su ascenso a general brigadier en 2012 pese a una historia oculta, tras su paso como comandante del 80 batallón de infantería en Tlaxcala. Hasta noviembre de aquel año, su hoja de servicios militares registraba una serie de cargos y comisiones que lo presentaban como uno de los oficiales con mayor experiencia operativa, ya que había sido entre otras cosas, comandante del Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales (GAFE) del Primer Cuerpo del Ejército; comandante del séptimo batallón de Fuerzas Especiales; comandante del GAFE del alto mando; y comandante del 78 de infantería.

Estaba considerado como un oficial capaz, por lo que en mayo del 2013 fue comisionado por la secretaría de la Defensa Nacional, como secretario de Seguridad Pública de Michoacán, donde duró menos de un año tras los problemas que no aminoraron con los grupos de autodefensa y las denuncias de actos de corrupción en su contra.

La historia de su paso como comandante del 80 batallón de infantería, entre los años 2011 a 2102 en Tlaxcala, estuvo marcado por una serie de irregularidades que ante la crisis de seguridad pública por el robo de combustible en esa zona que colinda con Puebla, un grupo de oficiales dio a conocer a este Blog.

De acuerdo a testimonio de militares que sirvieron en la 23 zona militar en aquella época, varios comandantes de unidades en áreas de ordeña de ductos de Pemex, recibían dinero de los huachicoleros para que los dejaran “trabajar”.

Se suscitaban casos cuando soldados aseguraban una toma clandestina, que por órdenes de sus superiores la “ordeñaban” una o dos semanas, sacaban combustible con pipas y lo vendían a mitad de precio a las gasolineras, posteriormente presentaban los vehículos como resultado de su trabajo.

Uno de los mandos que realizó esta práctica fue el entonces coronel Reyes Vaca, quien según sus entonces subordinados, “desvalijó” al 80 batallón de infantería cuando se fue.

“Robaba gasolina, partidas presupuestales, tenía trabajando una sección del batallón en negocios particulares, un bar, una pulquería, una estética, un criadero de puercos. Con decirle que cuando se fue deforestó el cerro aledaño al cuartel y vendió polines a una empresa que renta maderas para cimbra. Cuando se fue hizo una fiesta a la que llevó músicos de banda encabezados por el cantante Gerardo Reyes”, asegura uno de los oficiales que por mantenerse en servicio activo, solicitó no ser citado por su nombre.

Reyes Vaca no cobraba cuota a los huachicoleros, pero “ordeñaba” las tomas clandestinas y se robaba la partida que le daba la secretaría de la Defensa Nacional para combustible, dice esta fuente militar.

“Usábamos gasolina huachicol para las operaciones y se quedaba con la partida que le daban. Allí ascendió a general y después lo mandaron a la secretaría de seguridad pública de Michoacán”, añade.

Negro historial

Reyes Vaca desde su época de comandante del GAFE del Primer Cuerpo del Ejército, tenía denuncias de sus subordinados por robo y abuso de autoridad.

Antes de su arribo a Tlaxcala para asumir el mando del 80 de infantería, estuvo sujeto a proceso penal en el fuero de guerra por abuso de autoridad, según versiones castrenses que refieren que posteriormente el caso fue cerrado. No hubo sentencia porque el caso se vino abajo vía una resolución de amparo.

El caso quedó registrado en este Blog (El general perdedor (http://www.estadomayor.mx/38544) en enero del 2014. “Fue un episodio del que tenía prohibido a sus cercanos que lo mencionaran. Se sabía que como segundo comandante de una unidad de fuerzas especiales adscrita al Primer Cuerpo del Ejército, tiempo atrás cuando ostentaba el rango de teniente coronel, sus subordinados lo acusaron de robarse varios objetos en cateos en operaciones contra el narcotráfico. Las versiones fueron del conocimiento del ministerio público militar pero no se pudo precisar si ameritaron alguna indagatoria penal”.

Aquel texto recogía parte de una entrevista con el teniente coronel Eduardo Navarrete Montes, un oficial de infantería con cursos en distintas escuelas militares en el extranjero como fuerzas especiales en Fort Bragg, operaciones especiales Kaibil en Guatemala, Gendarmería en Francia, guerra en la selva en Brasil y Ranger en la escuela de infantería del ejército estadunidense, más la licenciatura en seguridad pública en México.


El teniente coronel Navarrete, quien denunció las irregularidades en las que incurrió Reyes Vaca desde que asumió como secretario de seguridad pública en Michoacán, donde se desempeñó unos meses como director de seguridad pública, relató cuando en la Sedena les hicieron un examen de control de confianza y el general brigadier se puso demasiado nervioso al contestarlo. Era evidente que tuvo problemas con su presión arterial, ritmo cardiaco y frecuencia respiratoria, los cuales están considerados los primeros reactivos en la llamada “máquina para detectar mentiras”.

Pese a estas reacciones, fue nombrado en el cargo en mayo del 2013. Fue separado en enero del año siguiente en medio de denuncias en su contra por mal manejo de recursos durante su paso en la dependencia.

Fuente.-Juan Veledíaz
@velediaz424

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