domingo, 12 de febrero de 2017

"DESPUES del 30,RUTA de TERROR MONTERREY-REYNOSA",DOMINIOS del TORO del CARTEL del GOLFO...y Cabeza de Vaca sigue con discursos.



Pese a los robos, asaltos y secuestros exprés en la Autopista Monterrey-Reynosa, las autoridades abandonan a su suerte a los usuarios de esa vía de cuota.

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Durante un recorrido, EL NORTE constató ayer que es casi nula la vigilancia estatal y federal a lo largo de esta carretera.

Aunque en las casetas de cobro localizadas en Guadalupe y Cadereyta los despachadores aseguran no saber nada sobre reportes de asaltos o secuestros, la situación cambia en el restaurante Los Ahijados, en el municipio de China.

"Aquí está muy tranquilo, pero cuídese de 'El 30' hacia allá (en Tamaulipas)", respondió un mesero.

"El 30" es un paradero que se localiza justo en la frontera de Nuevo León y Tamaulipas, que marca el final de la autopista y la carretera libre al ingresar a Reynosa.

La inseguridad en torno a la frontera de Tamaulipas fue evidenciada ayer y el viernes, cuando EL NORTE publicó que, pese a la promesa que hizo el Secretario de Gobernación hace tres años, de frenar al crimen, los delincuentes han mantenido y hasta incrementado su control en la región y las aduanas.

Esta situación de inseguridad se refleja, entre otros, en el acoso que sufren los regiomontanos que viajan por esta vía a la frontera, donde se ha vuelto común que sean interceptados por comandos que los despojan de su dinero y vehículos, y hasta los privan de su libertad.

En la mayor parte de los más de 180 kilómetros recorridos ayer destacó que no se vieron puntos de revisión ni convoys de ninguna autoridad.

Por ejemplo, en los kilómetros 29, en Cadereyta, y 131, en General Bravo, se localizan dos puntos fijos de Fuerza Civil, pero ahí no hubo personal a la vista.


De Monterrey a Reynosa sólo hubo dos retenes: uno de la Sedena en el kilómetro 171 y otro de la Policía Federal en el kilómetro 185, donde hay revisiones aleatorias a conductores.


"Aquí no han reportado nada de problemas, sólo llantas ponchadas y descomposturas de carros, pero sólo eso", aseguró un militar sobre los reportes.

Pese a que el recorrido de ayer se realizó entre las 9:00 y 16:00 horas, lapso en el que hay un mayor flujo de vehículos, no se apreciaron patrullas de Fuerza Civil o Fuerza Rural.

Lo común fue ver a los pocos conductores viajar en caravanas y a altas velocidades.

"Casi todos se van en bolita desde aquí (en el municipio de China) hasta Reynosa", dijo un comensal.

En la carretera, la mayoría de los transportistas, autobuses de pasajeros y conductores viajaban en pequeños grupos y a más de 140 kilómetros por hora por General Bravo.

Durante el viaje se apreció que los retornos ubicados en los kilómetros 63, 90, 110 y 144, donde habitualmente se estacionaban patrullas de la Policía Federal, ahora estaban vacíos.

Sólo después del mediodía se observó a una patrulla de la Policía Federal y una camioneta de la Marina entre Reynosa y General Bravo.

La Policía Federal puso un retén cerca del kilómetro 168, ya en terrenos de Nuevo León, alrededor de las 12:40 horas, en el sentido Reynosa-Monterrey.

Cerca de las 13:30 horas, tres unidades de la Marina se apostaron unos 30 minutos en la caseta de Bravo, pero no armaron un retén.


Vive drama otra familia

Un matrimonio de Cadereyta que regresaba de McAllen con su hija vivió en carne propia el terror que impone el crimen en la frontera de Tamaulipas.

Luego de que EL NORTE publicó los casos de varias familias regias que fueron víctimas de la delincuencia cuando iban o regresaban de McAllen la semana pasada, ayer se reveló que esta pareja y su hija también fueron asaltados y hasta privados de su libertad en la Autopista a Reynosa.

Los hechos, señaló un informante, fueron alrededor de las 17:00 horas del domingo 29 de enero en el kilómetro 20 de la vía de cuota, en territorio de Reynosa, luego de que la familia cruzó el Puente Anzaldúas a su regreso de Estados Unidos.

Cuando circulaban en una SUV de la marca Ford, se detalló, fueron interceptados y amenazados por delincuentes con pistolas desde otra camioneta.

Ahí bajaron a la fuerza al esposo y lo subieron al vehículo de los criminales, mientras que uno de los pistoleros ocupó su lugar en la camioneta familiar.

Los delincuentes "pasearon" a la familia y la intimidaron, asegurándole que eran de un cártel del crimen organizado que opera en Reynosa.

A las mujeres les dijeron que lo que les interesaba era su camioneta y no les harían daño, y más tarde todos fueron llevados a la Central de Autobuses de Rey- nosa, donde los delincuentes les dieron dinero para que compraran boletos y regresaran a casa.


Con información de Luis Castro
(Imagen/VaxTamaulipas)

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