miércoles, 29 de junio de 2016

En "MEXICO los VOTANTES SON SOBORNADOS,REVELA ESTUDIO"...con "recursos económicos" pervierten voluntades.


Desde tiempo atrás se ha dicho que un factor definitorio- que no definitivo- es la maquinaria electoral y el dinero de los partidos políticos para sobornar a los votantes a efecto de que sufraguen por el o los candidatos de esas expresiones electorales.i

Las quejas, comentarios y señalamientos sobre esta disfunción del sistema electoral mexicano es muy difundida y pocas veces debidamente documentada. La asimetría de los ingresos, las agudas diferencias cognitivas y la falta de credibilidad en el voto como forma de cambio pueden explicar – que no justificar- que estas prácticas se den en mayor o menor medida a lo largo y a lo ancho del país. No es, por supuesto, una práctica generalizada, pero sí frecuente especialmente en las zonas de mayor población que suelen ser al mismo tiempo las de menores ingresos.

 Por lo anterior resulta interesante el estudio que el grupo de científicos sociales de mayor calado en el mundo ha hecho en su encuesta cuatrianual (2010-2014) WVS que es más que las fotos de momento de casi la mayor parte de las encuestas que pulsan el ánimo social en una reducida franja de tiempo, razón por la cual hay diferencias entre las intenciones de voto y el voto efectivo. Mi impresión es que las encuestas que se dan a conocer de manera pública en los procesos electorales no fallan, al menos la mayor parte hechas de manera correcta metodológicamente, sino que su medición es muy puntual y no cubren todos los momentos del proceso electoral.

 El estudio con encuestas de WVS busca identificar constantes en el tiempo (en este caso 4 años) haciendo las mismas preguntas comparándolas y observando la tendencia. Ese método ofrece mayor confiabilidad en temas generales del comportamiento de las personas sobre los más distintos rubros.

En la parte que se refiere a la percepción de la gente sobre si los votantes son o no sobornados en las elecciones, el estudio referido (aquí se puede consultar de manera completa http://www.worldvaluessurvey.org/WVSDocumentationWV6.jsp) arroja estadísticas significativas.

En el caso de México, el 48.4% de los encuestados dijo que es muy frecuente que se soborne a los votantes, contra el 11.6% que afirma que eso no sucede. 

Si se amplían un poco más las respuestas posibles,  en México las expresiones muy frecuente y frecuente sobre votantes sobornados alcanza poco más del 72%.  Por el contrario, quienes creen que no se soborna a los votantes o se hace muy poco representan el 24%. Las diferencias en ambos casos para llegar a 100% lo representan los que dicen que no saben. Estas respuestas, me parece,  son consistentes con el imaginario colectivo.

No en todo el mundo las personas piensan lo mismo. En países cercanos a nuestro entorno se pueden encontrar diferencias sustantivas. En Chile, por ejemplo, sólo el 2% de los encuestados considera que los votantes son sobornados. 

Quienes, en cambio, consideran que ese fenómeno no existe en absoluto es el 48%. Sobra decir que en los países más desarrollados del mundo las percepciones son similares a la de Chile.

Esta situación representa un problema real para la democracia mexicana que, con frecuencia, ofrece lecturas encontradas. Una cosa es la intención del voto, que suelen medir nuestras encuestas, y otra el voto efectivo. En realidad no hay contradicción, son dos verdades. Es verdad que determinados ciudadanos quisieran votar por X candidato, pero su circunstancia particular los hace votar de modo distinto a como lo harían si no tuvieran necesidades económicas de ningún tipo.

Hay casos, sin duda, que son excepción a la regla. Uno de los más importantes ahora fue el triunfo de Javier Corral en Chihuahua que rompió esa constante. El hartazgo social unido al mensaje electoral del candidato pudo más que la ventaja económica inmediata que hubiera significado votar por otra opción, como lo apuntaban todas las encuestas, de suerte que fue una agradable sorpresa para la democracia. No obstante, las cosas no se pueden medir por excepciones, sino por constantes que hay que resolver para que la mayor parte de la población no sea rehén de los partidos y gobiernos que usan indebidamente recursos del erario para pervertir la voluntad popular en las urnas. En un suelo parejo, Cuitláhuac García de Morena hubiera ganado sin mayor problema las elecciones en Veracruz. Lo mismo hubiera pasado con el senador Benjamín Robles Montoya en Oaxaca, quien sin dinero pudo aumentar la votación del PT más de 10 puntos porcentuales.
Fuente.-@evillanuevamx

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