El presidente Enrique Peña Nieto dijo que el enojo no resolvería la fuga de “El Chapo” Guzmán. Lo que no hemos descubierto millones de mexicanos es qué hacer con nuestra indignación, rabia, como se le quiera llamar a este “enojo”.
No solamente por la fuga del criminal, sino por la impunidad. Porque la Procuraduría General de la República ha sido omisa en la investigación, porque parece haber una consigna para proteger a todos los funcionarios que obligadamente deben de haber participado en esta fuga.
El comisionado Rubido pretendió convencernos de que la construcción del túnel, la fuga misma es un prodigio, algo que nos sorprendió y dónde no existe complicidad alguna de ningún funcionario de la Secretaría de Gobernación.
Lo cual es como una patada entre las piernas.
Nos la aguantamos. Tanto como la inmoral falta de renuncias al respecto.
Lo que ya no podemos tolerar es que la incapacidad, intencional o no, de la PGR tenga en la calle a todos los presuntos implicados. Porque de los 30 que detuvo por largas horas en sus oficinas para interrogarlos solamente encontró que 7 podían ser responsables, y de esos 7 el juez le respondió que no habían documentado suficientemente la averiguación previa como para dictar auto de formal prisión.
Es decir, los dejaron libres. A todos menos tres, que supongo serán los más tarugos en la cadena de mando, los recaderos que no tuvieron para el abogado, o de quienes se olvidó “El Chapo”.
Desde el pasado 17 de julio fue liberado por la PGR el director técnico del penal del Altiplano. ¿Quién puede aguantar el coraje por esto? O sea que dejaron en libertad, carcajeándose, a quien no escuchó o vio nada… por favor, más respeto.
Este personaje, Librado Carmona García, era el responsable de que se hayan apagado los sensores de movimiento bajo la tierra. Por decir lo menos.
De esta persona dijo, al juez correspondiente, que estaba en la SIEDO declarando por más de las horas reglamentarias por, cito textual: “se puede advertir que antes y después de la fuga de ‘El Chapo’ Guzmán desplegó conductas de acción y omisión encaminadas a facilitar la evasión del prófugo, por lo que se precisó que el quejoso probablemente participó en la comisión del delito de delincuencia organizada”.
Después de contestar esto al juez que veía el amparo que dicha persona había promovido, la institución toda de la PGR se puso de cuclillas y sacó un frasco de vaselina para lo que se pudiese ofrecer.
Simplemente no hay forma que ni el responsable mayor, por ser el director de todos los penales federales en ese extraño “Órgano Desconcentrado”, Juan Ignacio Hernández Mora, la señorita Celina, o cualquier funcionario del ámbito carcelario estén detenidos o siquiera sujetos a investigación.
Resulta que el señor “Chapo” se fugó sin ninguna ayuda, que no hubo corrupción ni complicidad de las autoridades y que millones de mexicanos no sabemos qué hacer con esta rabia inmensa ante la impunidad, ante esta burla del Gobierno y la autoridad correspondiente.
Y por si fuese poco, habría que revisar el menú de la comida de la cárcel del altiplano para ver cuántos pobres o medio pobres pueden comer así, o el gasto de esa cárcel que pagamos todos con nuestros impuestos y que en materia de comida, medicinas y “readaptación” lo que quiera decir este rubro, gastó en 2012 la cantidad tan modesta de casi 363 millones de pesos. Es decir, casi un millón por día para repartirse entre los poco más de ochocientos presos, o sea más de mil pesos diarios.
O sea que su comida nos cuesta en un día lo mismo con lo que comen familias de 5 en un mes…
Conste que no hablo de gasto de luz, de custodios, de personal, solamente comida y otras chucherías…
¿Qué hacemos con nuestro enojo, señor Presidente? ¿Qué hacemos con tanto miasma consentido desde su Gobierno? ¿Qué hacemos con tanta incapacidad de su procuradora? ¿Qué hacemos con esta realidad que se nos hace bolas en el estómago y, supongo, que a usted también?
Fuente.- Isabel Arvide
@isabelarvide
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